1895, Paris despierta con unos carteles de la famosa actriz Sarah Bernhardt en el papel de Gismonda. Nos situamos en un Paris caracterizado por una temprana modernización e industrialización. Los grandes pósters teatrales están colgados en todas las columnas de carteles de la ciudad que conforman un nuevo paisaje urbano. El teatro es la actividad de ocio más importante del momento y este cartel marcará la trayectoria del artista checo Alfons Mucha (1860-1939).
Mucha comenzó su formación artística en Viena y Múnich. En 1887 se trasladó a París, donde estudió en la Académie Julian y en la Académie Colarossi, compaginando trabajos como ilustrador para revistas y carteles publicitarios.
Un buen día le llegó un encargo de improvisto, por lo que tuvo que diseñarlo de la noche a la mañana y a pesar de todo, el resultado fué espectacular. El cartel anunciaba la obra “Gismonda” de Victorien Sardou para la actriz Sarah Bernhardt.
La Actriz, que dio el visto bueno a los diseños, firmó un contrato de exclusividad con Mucha por 6 años y a partir de entonces diseñaría también los decorados, las vestimentas y hasta las joyas de sus obras.
El trabajo que realizó para Sarah Bernhardt contribuyó a difundir la imagen de la actriz internacionalmente.
Durante la década de 1890 aparte de los carteles de las actuaciones teatrales de Sarah Bernhardt realizaría anuncios de productos comerciales tales como los cigarrillos Job.
Trabajaría en una amplia variedad de medios, desde carteles, litografías, joyas, artículos publicitarios, bocetos para fotografías, escultura, pinturas… Todas ellas con un lenguaje corporal y puesta en escena del cuerpo femenino creando un nuevo lenguaje publicitario.
Cuando Mucha visitó Estados Unidos impulsado por la fama de la imagen de Bernhardt fue reclutado por otra actriz Mrs. Leslie Carter intentando cosechar los mismos éxitos.
Su fama se extendía y desde todas partes del mundo le pedían tarjetas, calendarios, retratos y un sin fin de lo que hoy llamaríamos merchandising. Mucha fue un artista polifacético que manejaba con soltura muchos soportes y medios.
Mucha estaba muy vinculado al lujoso, lo que le llevó a experimentar en el campo del diseño de joyas de la mano de Georges Fouquet.
El joyero parisino quiso plasmar las alhajas con las que Mucha adornaba a las mujeres de sus carteles. Fouquet presentó una colección de joyas realizadas sobre diseños de Mucha en la Exposición Universal de París de 1900. Esta colección estaba repleta de hermosas piezas de orfebrería con el estilo Mucha.
Para Checoslovaquia creó sellos, billetes y otros documentos gubernamentales; al tiempo que trabajaba en la que él consideraba su gran obra: La Épica Eslava, una serie de enormes pinturas consagradas a la historia de los pueblos eslavos.
Su estilo rompió con lo que existía hasta ese momento y se le denominaría referente del Art Nouveau, en España, Modernismo. A pesar de esto el checo negó cualquier tipo de conexión con el Art Nouveau y siempre abogó por un solo arte eterno.
El Art Nouveau, Reflejaba un arte nuevo, joven, libre y moderno. Buscaba una ruptura con lo anterior, teniendo presente la idea clara de que el futuro ya había comenzado.
Se valoraba todo lo artesanal aunque sin renunciar a los avances industriales, y se buscaba democratizar la belleza y el arte. La idea era que hasta los objetos más cotidianos deben tener un valor estético, además de ser accesibles para todas las personas. El mobiliario urbano pasó a tener gran importancia estaciones de metro, farolas, papeleras….
Tendría el mismo valor un edificio que un kiosko, un cartel que un cuadro.
Estéticamente el movimiento tiene una fuerte inspiración en la naturaleza, las formas orgánicas se entrelazan con el motivo central; la línea recta pierde fuerza, se prefieren las curvas, todo es más “ergonómico”.
Cobrarán gran importancia flores, ramas, colores de la naturaleza, etc…
Durante la ocupación nazi de Praga, el autor fue detenido e interrogado por la Gestapo ya que fué un destacado miembro de la masonería y nacionalista checoslovaco. Con el corazón y los pulmones muy dañados, el maestro del Art Noveau moriría poco después.
La última obra inacabada de Mucha, el tríptico La edad de la sabiduría concebido como un monumento a toda la humanidad en una sociedad a las puertas de la segunda guerra mundial, quiso mandar un mensaje de convivencia en armonía y en contra de la guerra, en contra del conflicto, y que la gente reflexionara sobre este tema.
Cuando Mucha muere la tendencia era el Art Déco, su obra estaba pasada de moda y ya no estaba tan valorada por la sociedad. Pero los carteles de Mucha y su estilo tuvo un revival en la década de los 60.
Tuvo una gran conexión con la cultura pop. La música, la moda y el diseño gráfico recuperaron su estilo para una estética psicodélica.