Richard Avedon (1923 – 2004) nació y vivió en la ciudad de Nueva York, en una familia de origen judio, que tenía una tienda de moda en la Quinta Avenida. Su madre se llamaba Anna, que pertenecía a una familia propietaria de una empresa de manufactura textil. Su padre Jacob Israel Avedon, era un inmigrante nacido en Rusia.
Desde pequeño vivió rodeado de revistas de moda gracias al negocio de sus padres. Su madre alentó el amor de Richard por la moda y el arte. Su interés por la fotografía comenzó a una edad temprana. A los 12 años se unió al club de cámaras de la Asociación de Hebreos de los Jóvenes (YMHA) cuando tenía doce años.
Asistió a DeWitt Clinton High School en el Bronx, donde coeditó la revista literaria de la escuela, The Magpie, con el escritor James Baldwin desde 1937 a 1940. Fue nombrado poeta laureado de las escuelas secundarias de la ciudad de Nueva York en 1941.
Asistió durante un año a la Universidad de Columbia cursando Filosofía. Comenzó su carrera como fotógrafo en calidad de autodidacta, trabajando para la Marina Mercante en 1942. Sirvió durante la Segunda Guerra Mundial, como fotógrafo de segunda.
Como lo describió: “Mi trabajo consistía en hacer fotografías de identidad. Debo haber tomado fotos de cien mil caras antes de que se me ocurriera que me estaba convirtiendo en fotógrafo «.
Estas fotografías las realizó con una cámara Rolleiflex que le había dado su padre como regalo de despedida.
Después de dos años de servicio, dejó la Marina Mercante para trabajar como fotógrafo profesional, inicialmente creando imágenes de moda.
En 1944 conoció a Alexey Brodovitch, el legendario director artístico de «Harper’s Bazaar», De 1944 a 1950, estudió con Alexey Brodovitch en su laboratorio de diseño en The New School for Social Research.
En 1944, Avedon comenzó a trabajar como fotógrafo publicitario para una tienda pero fue rápidamente respaldado por Alexey Brodovitch, director de arte de la revista de moda Harper’s Bazaar. En 1945, sus fotografías comenzaron a aparecer en Junior Bazaar y, un año después, en Harper’s Bazaar.
Bajo la tutela de Brodovitch con el cual trabajó muchos años, rápidamente se convirtió en el fotógrafo principal del Harper’s Bazaar.
Inicialmente negó el uso de un estudio por parte de la revista, fotografió modelos y modas en las calles, en clubes nocturnos, en el circo, en la playa y en otros lugares poco comunes, empleando el ingenio y la inventiva interminables que se convirtieron en un sello distintivo de su arte.
La foto Dovima con elefantes, taje de noche Dior, Cirque d´Hiver, Paris, agosto de 1955, es una de las más célebres fotografías de moda de Avedon y ciertamente una de las más insólitas. Su interés reside simultáneamente en el inusitado contraste y la impresión general de una inefable elegancia. Esa fotografía marca el comienzo de una nueva era en la puesta en escena fotográfica.
Sin embargo, hacia finales de la década de 1950, se sintió insatisfecho con la fotografía a la luz del día y los lugares al aire libre, por lo que recurrió a la fotografía de estudio, utilizando iluminación estroboscópica.
En 1959, la aparición de su libro «Observaciones» tuvo una gran repercusión. Brodovitch había tenido a su cargo la realización, y Truman Capote escribió el texto.
La obra contenía principalmente retratos de personalidades y algunas fotos de moda. «Sea indulgente conmigo», habría dicho Henry Kissinger a Avedon, quien debía hacer su retrato.
La total ausencia de miramientos en los retratos de este fotógrafo que, sobre fondo blanco, hacia afluir a la superficie la intimidad de los seres humanos, llamó por primera vez la atención del público y los artistas.
Sus retratos muestran a un cuidadoso fotógrafo capaz de plasmar en papel fotográfico rasgos inesperados de los rostros de personajes de la envergadura de Truman Capote, Henry Miller, Marlon Brando, John Galliano, Humphrey Bogart o Marilyn Monroe, entre muchos otros.
Avedon estuvo a punto de abandonar ‘Harper´s Bazaar’ cuando le dijeron que no podían publicar las fotos de una modelo que no era blanca. Esto sucedió en 1959.
Y en 1964 apareció ‘Nothing personal’ el primer libro social de Richard Avedon. Es un ensayo fotográfico, en colaboración con el escritor afroamericano James Baldwin que lucho contra el racismo así como por la aceptación de la homosexualidad en una sociedad intolerante y peleó por los derechos civiles.
Se conocían de la secundaria, cuando estudiaban en el Bronx. Y cuando volvieron a encontrarse estaban en el cenit de su popularidad.
Juntos, realizaron una combinación perfecta para expresar la hipocresía de la sociedad blanca americana.
Las fotografías muestran cuatro aspectos de la vida estadounidense de aquellos convulsos años 60: los derechos civiles, el surgimiento del nacionalismo negro, el sistema de salud mental y la vieja guardia de Hollywood
Después de editar como invitado el número de abril de 1965 de Harper’s Bazaar, Avedon dejó la revista después de enfrentarse a una tormenta de críticas por su colaboración con modelos de color.
Avedon, se convertiría en el fotógrafo principal de Vogue y fotografió la mayoría de las portadas desde 1973 hasta finales de 1988.
En 1992, Avedon se convirtió en el primer fotógrafo del personal de The New Yorker , donde su retrato ayudó a redefinir la estética de la revista. Durante este período, su fotografía de moda apareció casi exclusivamente en la revista francesa É goïste .
En todo momento, Avedon dirigió un exitoso estudio comercial, y se le atribuye ampliamente borrar la línea entre la fotografía «artística» y la «comercial». Su trabajo de definición de marca y sus largas asociaciones con Calvin Klein, Revlon, Versace y docenas de otras compañías resultaron en algunas de las campañas publicitarias más conocidas en la historia de Estados Unidos.
Por primera vez las modelos dejaban de ser meros maniquies para convertirse en las futuras top models que hoy pueblan las revistas de moda.
Richard Avedon revolucionó, junto con Irving Penn y Helmut Newton, el mundo de la moda.
La fotografía de moda de Avedon, que se fue reduciendo cada vez más con el paso de los años y que hacia 1970 se aproximaba a sus retratos fotográficos, se convirtió en una ineludible referencia para toda una generación de fotógrafos.
Estas campañas le dieron a Avedon la libertad de perseguir proyectos importantes en los que exploró sus pasiones culturales, políticas y personales.
Avedon estaba cansado de ese mundo superficial donde todo el mundo tiene un cuerpo escultural o le sobra dinero por los cuatro costados. Realmente amaba esa banalidad, pero desde muy temprano, si nos fijamos en su obra, descubrimos una incipiente crítica que estalló en ‘Nothing Personal’ y transcendió en ‘In the american west’, su obra maestra.
Richar Avedon originó un escándalo con una serie sobre la lenta agonía de su padre, Jacob Israel Avedon. En esa serie, que es también un documento sobre sus relaciones con el padre, Avedon le arrancaba gestos y expresiones que había visto en su juventud y habían impregnado su imagen de la figura paterna. Pero es también una serie conmovedora sobre la lenta degradación de una fuerte personalidad y sobre su retraimiento en si, misma.
En un momento de un prestigio inigualable, Avedon se embarcó en una aventura por el oeste para crear un trabajo que podriamos decir que es su obra maestra.
Con su libro «In the American West», Avedon quiso romper con el mito del oeste norteamericano, del mundo llano e idílico de los cowboys, para mostrar otro aspecto: el de los obreros y los mineros, de los desocupados y los pequeños empleados, de los blancos, negros y latinoamericanos.
La lastimosa imagen que ofrecía del oeste norteamericano provocó indignación en la America de Reagan y su trabajo fué considerado como algo pernicioso.
Al terminar el proyecto, Avedon había recorrido un total de 189 poblaciones en 17 estados; había fotografiado a 752 personas utilizando alrededor de 17.000 placas de película. De ésta colección, escogió 123 retratos que conformarían la serie In the american west 1979 – 1984.
«Fotografiaba al sujeto delante de una hoja de papel de unos tres metros de ancho por dos de alto fijada sobre un muro, un edificio, a veces sobre el lateral de un tráiler. Trabajaba en la sombra porque la luz solar crea sombras, reflejos, acentos sobre una superficie que parecen decirte dónde tienes que mirar. Quería que la fuente de luz fuera invisible para neutralizar su efecto en la apariencia de las cosas.»
La serie sobre el Louisiana State Hospital es una secuencia de imágenes sobre enfermos mentales, con una fuerte granulación, a esta le siguió otra serie de víctimas del Napalm, una amarga denuncia de la guerra de Vietnam.
Son las únicas fotografías de Avedon que muestran violencia. En efecto, Avedon la evitó siempre, pues consideraba que las imágenes violentas engendran a su vez más violencia.
Sus fotos de gran formato sobre tela constituyen un hito en la historia de la fotografía. Se trata, entre otras, de retratos de los miembros de la Warhol Factory, de los Chicago Seven, de la Ginsberg Family y del Mission Council.
Para Avedon, la caída del muro de Berlín significó la ocasión de fotografiar el alborozo de la multitud, la víspera del Año Nuevo de 1989. La gama de esas imágenes, reunidas en la serie Brandenburg Gate, abarca desde la alegría exuberante hasta el angustioso temor del futuro. Avedo colocó en el reportaje una pequeña serie de simbólicas constelaciones que culminan en el cielo nocturno, reducidas al contorno de una cabeza calva.
Avedon es considerado uno de los mejores fotógrafos del siglo XX. Sólo en Nueva York, le fueron dedicadas exposiciones en el Museum of Modern Art, el Metropolitan Museum y el Whitney Museum of American Art. En el año 1991 recibió el Premio internacional de la fundación Hasselblad.
El Museo Ludwig de Colonia presentó en 1994 una gran retrospectiva, a la que se agragaba su producción de fotografías de moda. Sea cual sea el género con el cual se confrontó Avedon, siempre consiguió darle su impronta persona.
El 25 de septiembre de 2004 Avedon sufrió una hemorragia cerebral en San Antonio, Texas, mientras se encontraba en una sesión fotográfica para un proyecto encargado por la revista The New Yorker, el cual se titulaba «On democracy», y se enfocaba en el proceso electoral del 2004 en los Estados Unidos; se trataba de retratos de candidatos, delegados de las convenciones nacionales, entre otros involucrados en el tema. Murió en la misma ciudad el 1 de octubre de ese año a consecuencia de las complicaciones médicas.
Fuentes: